Las esencias chamánicas son extractos
naturales obtenidos a partir de plantas consideras sagradas desde la antigüedad
por los chamanes mexicanos. Su función es ayudarnos a penetrar en nuestro mundo
interior y llevar luz allí donde hay caos y oscuridad para que podamos
identificar nuestros desórdenes internos que habitualmente se manifiestan
externamente en forma de procesos de enfermedad o desequilibrios.
La personalidad humana está
condicionada por múltiples factores entre los que podemos destacar: Factores pre-personales, personales y trans-personales.
- Los factores pre-personales son aquellos que se originan durante el periodo de gestación y el parto. Es en esta fase donde se aprenden las respuestas emocionales básicas.
- Los factores personales son fruto de nuestras experiencias vitales desde el nacimiento al momento presente.
- Los factores trans-personales son aquellos que están más allá de las fronteras del “YO” están grabados en nuestro código genético y se relacionan con lo que en algunas culturas se denominan dimensiones kármicas, arquetípicas y sistémicas familiares.
Estas esencias son una llave que permite el acceso a niveles muy arcaicos de conciencia. Llevándonos al espacio-tiempo donde los patrones ancestrales nos atan al pasado impidiendo nuestro desarrollo. Como consecuencia de este anclaje en el pasado tendemos a vivir una y otra vez el mismo tipo de experiencias traumáticas fruto de circuitos de repetición de conductas.
¿Qué son estas ataduras al pasado?
Hemos desarrollado la tendencia a suprimir aquellas partes de la experiencia
que nos resultan dolorosas. Para ello, continuamente estamos filtrando y
evaluando la información que recibimos y cuando detectamos una experiencia
clasificada por nosotros como dolorosa, como por ejemplo una pérdida o una
agresión, tendemos a resistirnos, a huir de ella, a negarla. Sin embargo,
cuando suprimimos nuestros sentimientos negativos, estos no desaparecen sino
que quedan atrapados en nuestro subconsciente atándonos al pasado. Se trata
pues de recuperar, aceptar y experimentar esas emociones que en el momento en
que se originaron fueron suprimidas.
Las esencias chamánicas hacen
emerger de forma continuada emociones ocultas en nuestro subconsciente
aprovechando los acontecimientos de la vida cotidiana. Esos sentimientos, en
realidad, proceden de nuestro subconsciente emocional suprimido, pero habitualmente
los atribuimos bien a personas o circunstancias externas. El suceso externo no
hace más que hacerlos emerger dándonos la oportunidad de hacernos conscientes
de aquello que nos mantiene atrapados en el sufrimiento. En este tipo de
terapia hemos de mantenernos alerta y abiertos a esas emociones y cuando surjan
recuperarlas, rescatarlas del olvido, tomar conciencia de ellas y
experimentarlas plenamente. Es en este último punto en el que la acción
terapéutica de las esencias Chamánicas actúa dando un nuevo significado a
nuestra cólera, nuestra sensación de soledad, nuestros miedos, nuestro odio,
nuestra ansiedad de poder, etc.
Estas esencias facilitan el
abandono consciente de mecanismos autodestructivos permitiendo nuevas
respuestas y conductas. Por efecto de los remedios se permitirá experimentar
las emociones en su plenitud, y será través de la vivencia del sentimiento como
se logrará su definitiva liberación.
Campos de Acción:
Pre-personal.
Memoria gestacional (emociones in útero), memoria transparto (shock e improntas
del nacimiento) y aprendizaje senso-emocional infantil.
Personal. Memoria
lineal y Memoria lateral (sueños, anestesia, hipnosis, amnesia, alucinación,
estados de coma, shock, etc.)
Trans-personal.
Memoria transfamiliar (constelaciones familiares) y Memoria de vidas pasadas.
Resumen: Buscando restablecer nuestro
equilibrio emocional las esencias chamánicas actúan potencialmente sobre: la
toma de conciencia, la aceptación y la experiencia. Con ellas buscamos sanar de
fondo la herida que producen en la psique humana: el miedo, la ira, la envidia,
la desconfianza y la violencia. Esta herida es la única responsable de las
muchas miles de formas que adoptan nuestros sufrimientos
La curación que conduce al amor y
a la plenitud nunca ha sido otra cosa que una aceptación de uno mismo, una
rendición que conduce el cuerpo a la experiencia sensible y a la autoaceptación
que comienza a gestarse en el momento mismo en que la persona decide que quiere
sanarse; a partir de ahí, paso a paso, comienza a abrirse el camino hacia el
bienestar, la sabiduría y también la recuperación del amor por uno mismo y por
el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario