La terapia Gestalt es una terapia de corte humanista, caracterizada por no estar hecha exclusivamente para tratar enfermos, sino también para desarrollar el potencial humano.
No sólo es una forma de terapia, también es una filosofía de vida en la que prima la conciencia (el darse cuenta de lo que uno hace y como lo hace), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo para autorregularse de forma adecuada con un medio cambiante.
Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos.
En Gestalt, cada uno es responsable de sus elecciones y de sus evasiones. Trabaja al ritmo y al nivel adecuado a cada persona, a partir de lo que surge en el instante, ya sea que se trate de una percepción, una emoción o una preocupación actual, de revivir una situación pasada mal resuelta o "inacabada", o bien, de perspectivas de porvenir inciertas.
La Gestalt integra y combina, de manera original, un conjunto de técnicas variadas, verbales y no verbales como: el despertar sensorial, el trabajo corporal, la respiración, la voz, la expresión de emociones, el trabajo a partir de los sueños y fantasías y la creatividad. No se trata de comprender, analizar o interpretar los acontecimientos, los comportamientos o los sentimientos, sino más bien de favorecer la toma de conciencia global sobre la manera como funcionamos y de como son nuestros procesos, de ajustarse de un modo creativo al medio ambiente y de la integración de la experiencia presente y de nuestros mecanismos de defensa o resistencias.
Se trata de aprender y sobre todo de experimentar, con el fin de ampliar al máximo nuestro campo de vivencias y nuestra libertad de elección, tratando de salir del condicionamiento del pasado que nos lleva a actuar de una manera automática repetiendo una y otra vez los mismos "errores".
Lo importante no es lo que han hecho de mí sino lo que hago yo mismo con lo que han hecho de mí.
No se trata de negar ingenuamente el peso de la herencia biológica, ni de las experiencias de la primera infancia, tampoco de minimizar la presión cultural del medio social, sino de buscar más bien una coherencia interna de mi ser-en-el-mundo en su conjunto, con el fin de descubrir y desarrollar mi "espacio" de libertad, mi propio estilo de vida en su especificidad y en su originalidad.
Ideas básicas
- Vive ahora. Ocúpate del presente, no del pasado o del futuro. El pasado y el futuro son fantasías, ideas...
- Vive aquí. Ocupándote de lo que está presente, no de lo ausente. Es preciso tramitar muchos "negocios inconclusos" del pasado, cerrar "figuras inacabadas", para poder vivir aquí y ahora.
- Deja de representarte cosas. Experimenta la realidad. La terapia consiste en lo esencial en aprender a distinguir entre fantasías y la realidad.
- Deja de racionalizar innecesariamente. Es mejor probar y ver. Experimenta contigo mismo.
- Exprésate en lugar de manipular, explicar, justificar y juzgar.
- Entrégate al desagrado y al dolor como a la alegría. No restrinjas tu percatación. Es decir: No evites nada.
- No aceptes ningún "debe ser" o "tener que ser" que no sean los tuyos propios. No adores ídolos.
- Asume la plena responsabilidad de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
- Acéptate como eres ahora y acepta a los demás. Sólo si aceptamos lo inevitable del estado actual, podremos aceptar las situaciones nuevas, desarrollar otras y probar nuevas maneras de ser en el momento que sigue.
Es importante adentrase en el autoconocimiento y emprender la labor de rescatar nuestra esencia y así estar en el mundo de manera auténtica y de acuerdo a nuestros principios.
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