Nos cuentan, y algunos sabemos, que el mundo exterior es un reflejo
del mundo interior , que el exterior es un escenario de espejos donde
proyectamos nuestro mundo interno y que esas actuaciones que se dan
fuera son la referencia que nos indica por donde andamos.
Ayer tuve un sueño: Estaba en un lugar comiendo, se veía un ambiente festivo, el sitio tenía varias mesas grandes rectangulares y prácticamente nos conocíamos todos. Todas las mesas tenían grupos más o menos grandes, y yo estaba sola en una mesa comiendo y observando. En un momento en el que yo me levanto a coger algo, varios de otra mesa se vienen a la mía y se llena, así que cuando vuelvo a sentarme sólo tengo sitio para sentarme encima del palo de un flexo que queda por encima de la mesa. Mi reacción inicial es enfadarme porque me han dejado sin sitio.
Aquí me paro y me desdoblo: en el testigo y en el que actúa. Y desde el palo del flexo donde estoy sentada miro lo que me rodea de forma global. Percibo que lo de fuera es fijo y que lo único que mueve el “juego” es mi actitud ante lo que sucede en el momento.
Ayer tuve un sueño: Estaba en un lugar comiendo, se veía un ambiente festivo, el sitio tenía varias mesas grandes rectangulares y prácticamente nos conocíamos todos. Todas las mesas tenían grupos más o menos grandes, y yo estaba sola en una mesa comiendo y observando. En un momento en el que yo me levanto a coger algo, varios de otra mesa se vienen a la mía y se llena, así que cuando vuelvo a sentarme sólo tengo sitio para sentarme encima del palo de un flexo que queda por encima de la mesa. Mi reacción inicial es enfadarme porque me han dejado sin sitio.
Aquí me paro y me desdoblo: en el testigo y en el que actúa. Y desde el palo del flexo donde estoy sentada miro lo que me rodea de forma global. Percibo que lo de fuera es fijo y que lo único que mueve el “juego” es mi actitud ante lo que sucede en el momento.
Y allí sentada en mi palo juego a cambiar mi actitud contando todo en voz alta:
“Una
posible actitud es cabrearme porque me habeís invadido, me habeís
sacado de la mesa y yo quería estar sóla.. . no me habeís pedido
permiso”. Mientras, voy sintiendo los efectos de esta actitud en mi
cuerpo y a la vez como estos efectos van modificando la escena y van
creando lo que yo estoy sintiendo fuera… el mal rollo en definitiva.
Inmediatamente hablo de otra posible actitud: “Puedo
mirar esto como un regalo, ¡qué bien cuanta gente me quiere!, estáis
conmigo en mi mesa , compartiendo conmigo y qué suerte que hasta
queda este trozo en el flexo para poder sentarme!” Automáticamente,
como quien pasa una página se desvanecen todos los efectos de la actitud
anterior y aparecen sentimientos de dicha , el cuerpo se relaja.. y la
escena fuera vuelve a cambiar.
En realidad, desde el testigo, en ningún momento ha habido ningún
cambio real en el escenario, lo que único que se movía era mi
percepción.
Bien… cuestión de actitud.
Pero esto es un sueño, otra dimensión. .. y aquí hay desapego, hay
perspectiva, hay sutileza, hay libertad, hay elección. Quizás es hacia
donde nos dirigimos, pero aún no estamos ahí instalados.
Últimamente se escucha y se lee mucho con el tema de la ascensión y la
iluminación: “deshazte de los viejos patrones…” “deshazte de las
creencias limitantes..” “deshazte de lo que te oprime”. Y ahí surje
otra vez: “¿y cómo?” .
Y el mensaje que inicialmente parece de liberación se convierte en otra bola pesada que arrastrar.. “tengo que…”
No, no es por ahí. “La hoja cae cuando tiene que caer, ni antes ni
después” . Todo tiene un proceso. Deshacerte de algo no siempre es algo
voluntario, sobre todo de lo más pesado, en todo caso es una
consecuencia. Que “algo” se deshaga viene primero de Ver, luego de
aceptar y luego de integrar y es entonces cuando la bola cae.